LA INTERPRETACIÓN EN PSICOANÁLISIS (I)

La interpretación psicoanalítica es el método del psicoanálisis. Si bien toda ciencia debe tener, para ser considerada como tal, tres pilares fundamentales: objeto, método y técnica, nuestro objeto de estudio es el concepto de inconsciente, nuestro método la interpretación-construcción, y nuestra técnica la asociación libre en transferencia. Tanto el método como la técnica del psicoanálisis se derivan de nuestro objeto teórico: el concepto de inconsciente.

La del psicoanálisis es la ciencia de lo inconsciente es decir todas aquellas cosas que nos pasan, no sin darnos cuenta, porque nos damos cuenta de ellas, pero que no podemos controlar. Eso es el inconsciente, un saber no sabido por nosotros que se escapa de nuestro control. Lo que sucede es que nuestra mente, la mayor parte de nuestra personalidad, es inconsciente, es decir, que la mayor parte de las cosas que nos suceden o pasan, quien las produce, quien las controla, quien las domina, no somos nosotros, sino que es el inconsciente.

Esto extraña mucho, sobre todo cuando las ciencias racionalistas, las ciencias positivistas, son las ciencias pivot de la ideología dominante, digamos que desde las instituciones, los hospitales, las universidades, los colegios, se piensa la realidad de manera racionalista, de una manera que ya está superada en los libros. Los libros han producido una ruptura, han producido un nuevo pensamiento, sin embargo, el hombre actual, el hombre moderno, sigue viviendo bajo el imperio de la ideología racionalista. Porque la ciencia siempre va por delante, primero va la poesía abriendo caminos y abriendo puertas a la ciencia. Después va la ciencia, que va adelantándose, va anticipándose, va abriendo nuevos caminos, va abriendo nuevas posibilidades para la humanidad, para mejorar su vida, para mejorar su esperanza de vida, para mejorar su potencial para crecer, para que la civilización siga avanzando en el camino hacia una vida mejor para el ser humano. Y después va la ideología, pero la ideología va detrás de la ciencia varios siglos.

Entonces les quiero transmitir que la ciencia psicoanalítica, en realidad, va por delante de la ideología dominante, de la ideología que nos llega a través de la leche materna, de la ideología que nos llega a través de los medios de comunicación, de la ideología que nos llega a través de las escuelas, la universidad. Afortunadamente la ciencia psicoanalítica se está difundiendo e impregnando en la sociedad desde su nacimiento, y desde hace más de cuarenta años a través del trabajo de difusión del psicoanálisis que realiza el Grupo Cero. Pero todavía queda mucho por hacer.

El psicoanálisis es una ciencia muy joven, solamente tiene 124 años y, por tanto, está en su primera etapa de vida, en comparación con otras ciencias como las matemáticas que tiene 4000 años.

Nuestro objeto de estudio es el inconsciente. El psicoanálisis acepta, no solamente acepta, sino que produce y se dedica a estudiar esa parte de nuestra mente, esa parte de nuestra personalidad, que es la parte más poderosa, que es la parte que gestiona, siempre está comandando nuestros actos, nuestras palabras, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras reacciones, siempre están dominadas, digamos comandadas, o para hablar con propiedad, sobredeterminadas por la parte inconsciente de la personalidad. A veces hay participación de la conciencia, a veces hay participación consciente en los actos psíquicos, pero otras muchas no. Es decir, lo que puede estar presente o no es la conciencia, pero el inconsciente siempre está presente y siempre está trabajando, actuando, sobrdeterminando ese espacio en el que nosotros nos movemos que es el aparato psíquico y la realidad psíquica.

Ese es nuestro campo de trabajo, el aparato psíquico sobredeterminado por ese concepto que es nuestro objeto de estudio: el inconsciente.

El psicoanálisis nació con la producción de ese nuevo concepto, que dio lugar a un nuevo método, para poder aprehender, atrapar de alguna manera, o para ser más rigurosos, producir el inconsciente de fulano de tal, el inconsciente de cada sujeto. Porque ese nuevo concepto, la existencia de esa nueva potencia que es nuestro inconsciente, requería de un nuevo método y una nueva técnica para poder atraparlo, porque los métodos racionalistas ni siquiera lo contemplan. No contemplan la existencia del inconsciente. Entonces no pueden dar cuenta de él y la técnica de las ciencias empiristas tampoco.

Por ese motivo a la vez que se produce el concepto inconsciente se producen el método psicoanalítico y la técnica del psicoanálisis. La interpretación es el método del psicoanálisis. Método de interpretación-construcción, porque primero Freud habla de la interpretación en “La interpretación de los sueños” y después se va a complementar con la construcción en 1936 cuando Freud escribe “Construcciones en Psicoanálisis”.

Y esto es algo que resulta difícil de entender desde la lógica de la conciencia, desde la mente racionalista. Porque el racionalismo piensa que algo que no existió en el pasado no puede existir ahora, por ejemplo, o que el pasado no se puede transformar. Sin embargo, el método de interpretación va a permitir construir algo que antes no estaba. Va a permitir construir el inconsciente de fulano de tal que antes no estaba. Es decir, si yo no me psicoanalizo no tengo inconsciente. El inconsciente está en el libro de Freud, pero si usted no se psicoanalista no puede, no conoce, no produce esa potencialidad. Para conocerla se tiene que psicoanalizar y ahí cuando se interpreta se puede conocer y transformar.

El psicoanálisis produce en el paciente autoconocimiento y autotransformación.

La interpretación va a ser equivalente al inconsciente, es decir, en el proceso psicoanalítico el psicoanalizando va asociando libremente, que es la técnica del psicoanálisis, es lo que le propone el psicoanalista que tiene que hacer, usted hable, asocie libremente. ¿Qué es asociar libremente? Asociar libremente no es hablar como uno puede hablar con su marido, con su mujer, con sus hijos, con el profesor… Cuando hablas con cualquier persona de tu alrededor vas de alguna manera seleccionando la información, lo que debes decir, lo que no debes decir, lo que callar, lo que es una tontería, eso es lo que hacemos habitualmente en la calle. El psicoanálisis nos propone una nueva manera de hablar que se llama asociar libremente y esto significa que usted debe decir todo lo que le pasa por la cabeza, sin censurar. Aunque piense que es una tontería, que le da vergüenza, que no tiene que ver con lo que le pasa, que cómo va a decir todo lo que le pase por la cabeza. Eso es asociar libremente. Y además eso se produce en transferencia, es decir, lo que es verdaderamente importante no es que el paciente hable libremente sino quién le escucha. Es el lugar del psicoanalista quien escucha. Y esa es la técnica: asociación libre en transferencia. Y eso es lo que le va a proponer el psicoanálisis al psicoanalizando o paciente.

¿Quiere saber más de usted? Hable, para saber más de usted tiene que hablar, aunque no tenga lógica o sentido para usted, tiene que hablar libremente, que le escucho y la lógica o el sentido ya va a venir después, por medio de la interpretación.

¿Cuándo se produce la interpretación en psicoanálisis? No en todas las sesiones se produce una interpretación, a veces hacen falta varias sesiones de hablar libremente por parte del paciente para que se produzca la interpretación. En algunas ocasiones incluso es el propio paciente el que guiado, o dominado, o sometido a su censura, a su propia censura, evita decir determinadas frases o determinadas ideas que le vienen a la cabeza porque las considera irrelevantes, porque las considera vergonzosas, no las dice y después de cuatro o cinco sesiones o seis o siete lo dice: “hace cuatro o cinco sesiones yo pensé esto, pensé en decírselo pero no se lo dije” y resulta que precisamente eso que no dijo era la clave fundamental para llegar a la solución de un síntoma o de lo que le está pasando en ese momento al paciente.

Entonces vemos que es muy importante, para que se produzca la interpretación, cumplir con esa regla fundamental de asociar libremente. Esa es la única obligación que tiene el paciente en psicoanálisis, asociar libremente y pagar después de la sesión o a fin de mes, como acuerde con el psicoanalista. Siempre que haga eso, asociar libremente, venir a sus sesiones y pagar, el psicoanálisis avanza, a la velocidad que el paciente requiere, a la velocidad que cada psicoanalizando puede producir, porque es una producción propia, de cada uno, de su propio su psicoanálisis. Hasta el psicoanalista es una producción de ese psicoanálisis, es un psicoanalista diferente para cada paciente, aunque se trate del mismo psicoanalista.

Cada sujeto hace su transferencia. ¿Qué quiere decir? Que transfiere a la relación con el analista sus preocupaciones, su pasado, sus afectos, sus recuerdos inconscientes, pone al psicoanalista en una de sus cadenas significantes y actúa en la relación con el psicoanalista lo que no puede recordar o hablar. El psicoanalista tiene que tener siempre la escucha abierta, limpia, su personalidad tachada y en análisis permanente para poder escuchar al paciente y para poder interpretar.

Será muy importante que el psicoanalista esté en análisis, que a su vez esté siendo interpretado, para poder interpretar al paciente en aquellas cuestiones que son relevantes para el paciente. Pero si el psicoanalista no está en análisis, no las puede interpretar, si no las ha trabajado en sí mismo, si no se las han interpretado, si no ha experimentado en su propia carne la interpretación, no puede construir ninguna interpretación para el paciente.

Entonces la interpretación es algo que construye el psicoanálisis, es propia de cada paciente. Es una construcción propia para cada psicoanalizando, no hay dos interpretaciones iguales para dos pacientes diferentes y siempre va a estar en relación con el material de análisis que ha ido proporcionando el paciente mediante su asociación libre. El psicoanalista no inventa nada, lo digo porque a veces ustedes preguntan “¿no es muy subjetivo la interpretación?” y, claro es una construcción propia de cada paciente. Por supuesto que es subjetiva la realidad, la realidad existe, una realidad material, una realidad en la que todos podemos establecer un acuerdo, como que estamos conversando sobre la interpretación, una realidad material en la que todos estamos de acuerdo, pero si después yo les pregunto a cada uno de ustedes qué han leído en este escrito, cada uno va a articular una cosa diferente en función de su posición psíquica, no se va a parecer uno a otro en lo que dicen. ¿Por qué? Porque depende de lo que cada uno pudo leer y lo que cada uno pudo leer está en relación con su inconsciente.

Entonces la asociación libre, aunque parezca libre, dice Freud, es lo menos libre que se puede. Asocie libremente que no podrá. ¿Por qué? Porque todo lo que va a decir está sobredeterminado por lo inconsciente, por su deseo inconsciente entonces toda esa información que nos da mediante la asociación libre va a ser materia prima para el trabajo de la interpretación.

Imaginen un proceso de trabajo donde entra una materia prima, por ejemplo, el trabajo del carpintero. Entra como materia prima la madera, no el árbol, porque el árbol sería la materia natural, el árbol ya ha sido talado, le han quitado la corteza, le han cortado en pedacitos, han limado la madera. Y entonces ahora la madera ya trabajada, es decir, por un primer proceso de trabajo esa materia natural pasa a ser materia prima y esta materia prima entra en un nuevo proceso de trabajo. Lo que es producto de un primer proceso de trabajo entra como materia prima en un segundo proceso de trabajo, el del carpintero. Entonces el carpintero con esa materia prima y sus herramientas de trabajo: el martillo, los clavos, el serrucho, la sierra, la lijadora y el proyecto de mesa o de estantería, con todo eso, y su fuerza de trabajo, trabaja la madera y llega por esos procesos de trabajo a un producto, la mesa, un producto que no se tiene que parecer ni al carpintero, ni a las materias primas, ni a los instrumentos de trabajo Porque imagínense que el carpintero hiciese una mesa que se parece a un martillo. Pues sería un poco raro ¿no? O hace una mesa que se parece a él, sería un poco raro.

En el psicoanálisis estamos en un proceso de trabajo como puede ser el del carpintero. Lo que pasa que el producto de nuestro trabajo es la mente humana, en concreto, lo inconsciente que es, decimos, como la batería de la mente humana, el núcleo de la mente humana, la fuerza, la energía, lo que manda en el aparato psíquico es el inconsciente, es un potencial que la mayor parte de las veces, está dormido, es un segundo cerebro dice el doctor Menassa, que cuando uno comienza a trabajarlo, al analizarse despierta ese segundo cerebro y aumenta el potencial de la mente, aumenta la capacidad de trabajo, aumenta la capacidad para el amor, aumenta la capacidad para las relaciones sexuales, aumentan la capacidad para las relaciones sociales, aumenta la capacidad para relacionarse con la familia, para la creación. ¿Por qué? porque era una batería que estaba adormecida, estaba sedada, narcotizada por los síntomas, por las inhibiciones, por las preocupaciones, por las obsesiones, por la depresión, por la ansiedad. Está narcotizado. Está siendo puesta su energía en el trabajo inconsciente de la producción de síntomas, en la producción de enfermedad mental, en la producción de productos, también de un trabajo inconsciente, pero productos patológicos.

El psicoanálisis va a ser esa propuesta, esa ciencia, esa herramienta, ese proceso de trabajo, esa máquina, vamos a llamarlo, con un trabajador que es el psicoanalista. El psicoanalista únicamente ocupa una función, la de trabajador en ese proceso, como el carpintero es el trabajador en el proceso de la carpintería. El psicoanalista ocupa esa función, esa posición. Y entonces, ahora viene la materia prima que es todas las frases producidas en la asociación libre del paciente, todo lo que habla libremente y que el psicoanalista escucha, con una atención especial que se llama en psicoanálisis la atención flotante, que quiere decir que presta la misma atención a todo lo que dice el paciente, parezca importante o parezca una tontería, tiene la misma atención, puesto que las cosas importantes del inconsciente no vienen así a la conciencia con la cara descubierta, las cosas importantes del inconsciente que están reprimidas, precisamente se presentan a la conciencia disfrazadas, en forma de tonterías o de cosas indiferentes.

Entonces es una apariencia y por eso hay que darles la misma importancia a las tonterías porque detrás de una tontería, se abre una cadena asociativa que nos lleva a un recuerdo o a una idea importantísima para resolver un síntoma del paciente.

Atención flotante es que se escucha con el inconsciente. También lo que pasa en el proceso analítico es inconsciente para el psicoanalista pues su instrumento de trabajo es el inconsciente y va a escuchar con el inconsciente al paciente que hablando libremente, sin saberlo y sin darse cuenta, va a mostrar, va a ir mostrando los efectos del inconsciente (repeticiones, actos fallidos, equivocaciones, sueños, síntomas) que en su insistencia se hacen significantes, y el psicoanalista va a poder interpretar y cuando se produce la interpretación, ese es  el inconsciente. Es decir, el inconsciente se produce por interpretación. Si no se da todo ese trabajo, asociación libre del paciente que entra como materia prima para las operaciones de trabajo del psicoanalista con su escucha, una escucha muy especializada y muy formada, no se puede producir el inconsciente. Entonces se dan esa serie de operaciones inconscientes de trabajo para llegar a un nuevo producto que es el inconsciente de fulano de tal.

En el próximo artículo hablaremos de la formación del Psicoanalista para poner en función esa escucha.

(Continuará)

Virginia Valdominos

Psicóloga y Psicoanalista del Grupo Cero

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