LA REGRESIÓN

LA REGRESIÓN

FREUD Y LACAN-HABLADOS-7

Vamos a trabajar el punto de la regresión del capítulo de psicología de los procesos oníricos.

   Freud en este capítulo no puede tener la misma actitud que tenía en capítulos anteriores, donde vimos claramente como una preocupación en su escritura, constantemente de justificarse o de justificar algún supuesto interlocutor de su época, físico, médico, químico o biológico o psiquiátrico, con el cual hablaba permanentemente haciéndose las preguntas que estos interlocutores le harían y contestándolas , y en las respuestas a las preguntas encontrando la fundamentación de lo que iba diciendo.

   A partir del tema de La regresión, Freud va a comenzar a pisar en su escritura con un pie más firme, en tanto en el proceso de La regresión ya no se trata del sueño sino que es el pivote donde va a mover la segunda tesis planteada en el capítulo anterior, es decir, no ya una psicología de los sueños como veíamos en El olvido de los sueños, sino ahora una psicología del funcionamiento psíquico en general, ya que la regresión es el mecanismo esencial de la producción de los sueños, de la imaginación, del recuerdo y la alucinación.

Participante:El sueño posee un carácter regresivo porque se da el fenómeno de recurrencia, o sea, tiempo histórico, futuro anterior.

MOM: No, o sí, si ustedes quieren, pero eso no es la regresión. La regresión no es volver para atrás. La regresión es la capacidad psíquica de transformar las ideas en imágenes visuales.

  Entonces cuando recuerdo , cuando reflexiono, y cuando imagino transformo ideas en imágenes, sin llegar a la identidad de percepción. En cambio, cuando sueño, cuando alucino es mismo poder psíquico de la regresión me lleva hasta la imagen de percepción, por eso el tono alucinatorio de los sueños y de la alucinación.

    No recuerdo la huella dejada en mí por la percepción, sino que el la regresión recuerdo la percepción; no la huella que deja en mí la memoria de la percepción, sino que en el sueño y en la alucinación la transformación de la idea llega hasta la identidad de percepción, es decir, no donde están fijadas las huellas de la memoria, sino, dice Freud, aún más allá; aún más allá, es el momento de la percepción.

  Estos pensamientos que están planteados al final del capítulo son los pensamientos que llevan a Freud a decir que se podría imaginar que el aparato psíquico tiene un polo sensible y un polo motor .Que la excitación va normalmente del polo sensible al polo motor; que en el polo motor está la conciencia; que lo que permite o no la salida de la excitación a la motilidad es el preconsciente, que esta cerca de la conciencia y cerca de la motilidad; y en le polo sensible ubicaríamos el inconsciente.

Si llamáramos progresiva la energía cuando va del polo sensible al polo motor, cerradas las compuertas de la motilidad, por ejemplo, en el sueño, en el reposo, llamaríamos regresiva a la corriente que ahora va del polo motor al polo sensible. Y si llega hasta la huella mnémica será recuerdo y si llega hasta la identidad de percepción , si llega exactamente al polo sensible, será alucinación o sueño.

Volvemos al principio del capítulo para ver como Freud no quiere conceder absolutamente nada como concedía en capítulos anteriores, y entonces nos dice: una vez que nos hemos precavido contra las objeciones, o hemos indicado cuáles son las armas que para nuestra defensa poseemos, no debemos aplazar por más tiempo la iniciación de nuestras investigaciones psicológicas.

Para Freud, en este capítulo comienzan por fin las investigaciones psicológicas, se terminan las peleas con la fisiología, con la anatomía,  con la neurología, con la psiquiatría, con la filosofía, y Freud comienza sus investigaciones psicológicas.

Ante todo, mientras “nos estuvimos peleando” reunimos los resultados principales que hasta ahora nos han proporcionado nuestra investigación. Los resultados que tenemos antes de entrar en el tema de la regresión son los siguientes: “El sueño es un acto psíquico completo e importante: su fuerza impulsora es siempre un deseo por realizar; su aspecto, en el que nos es imposible reconocer tal deseo, y sus muchas singularidades y absurdidades, proceden de la influencia de la censura psíquica que ha actuado sobre él durante su formación”.

A más de la necesidad de escapar a esta censura, han colaborado en su formación una necesidad de condensar el material psíquico, un cuidado de que fuera posible su representación por medio de imágenes sensoriales y, además, aunque no regularmente, el cuidado de que el producto onírico total presentase un aspecto racional e inteligible. Este último punto, que se llama elaboración secundaria, puede no existir en los sueños, esos sueños que aparecen muy confusos, son esos sueños donde la elaboración secundaria falta.

Para que esto sea posible hemos descrito dos instancias, dos sistemas. A uno le hemos atribuido la propiedad de mantener sobre el otro sistema una censura..Y el sistema censurado sólo puede acceder al sistema que lo censura, a la conciencia , mediante el paso de una deformación.

Una peculiaridad de los sueños es el modo de transformar el verbo del deseo, y otra peculiaridad, la de transformar las ideas en imágenes visuales o sensoriales. La primera no es sólo característica del sueño sino también del sueño diurno; cuando la ambición nos lleva a soñar despiertos en ganar una batalla o ser premiados por la lotería, lo imaginamos, lo soñamos en presente, porque el presente es el tiempo en que el deseo aparece como realizado.

En el análisis de los sueños infantiles que Freud hace en el capítulo de la realización de deseos, habíamos visto cómo el “ojalá me pudiera comer las fresas” de la pequeña niña antes de ir a acostarse, frente a la prohibición de que comiera las fresas, se transforma en el sueño en “me estoy comiendo las fresas”. El “ojalá volvamos al campo con papá para poder alcanzar el cerro Madrid”, se transforma en “ estamos escalando el cerro Madrid”.

No recuerdo haber estado con mi madre cuando sueño, sino que consigo estar con mi madre. Esta peculiaridad, Freud la asume a la realización del deseo; asume esta capacidad del sueño de representarse en presente, y es por la característica del deseo inconsciente.

Que el tiempo de la realización del deseo sea el presente, creo además que tiene que ver, en el sentido que el método psicoanalítico tenga que ser un método de efectos y no de causas, en tanto el tiempo presente es siempre producto efecto de otro tiempo.

Para el positivismo lógico, de los procesos pasados , para el materialismo histórico, del futuro anterior. Es decir, el tiempo presente siempre es construcción o proceso de otro tiempo, por lo tanto,

no debe ser casualidad que el método psicoanalítico sea un método de efectos cuando el tiempo de realización de deseos es el tiempo presente.

No es la angustia de haber nacido lo que somete a este presente, sino que es la angustia por morir la que nos somete a este presente. No es que, porque venimos de la muerte, tendemos a ella, sino porque en un futuro es necesario que el hombre sepa, o que tenga el saber de su existencia material finita., y desde ese saber acerca de su futuro es de donde le viene marcado su presente.

La representación de las ideas en imágenes visuales pasa cuando recordamos, cuando reflexionamos y cuando alucinamos.

 Ha de sernos de gran utilidad comprender el mecanismo de  regresión para hacer posible la interpretación de las alucinaciones; es decir, que no hay tratamiento de la psicosis sino hay comprensión del mecanismo de regresión, porque el mecanismo de regresión es el que explica por qué una idea se transforma en una imagen sensorial, por qué una idea, una frase que el paciente alucinado no puede decir, se transforma , por ese no poder decir, en una alucinación , en una imagen sensorial.

Si hemos halagado mucho al inconsciente , hemos cometido un error, porque Freud no se cansa de explicar que el aparato psíquico no es el inconsciente, sino que el aparato psíquico es la articulación compleja de las instancias preconsciente, inconsciente, consciente. Imagínense la maravilla del preconsciente que es reservorio de todo lo que nos ha ocurrido, porque como estamos explicando, se puede llegar a despertar huellas de todo lo percibido, pero además están las huellas mnémicas de la memoria, entonces se puede llegar a recordar todo lo percibido.

Como cada cosa percibida ingresa en el aparato psíquico  asociada con todas las otras percepciones que se le asocian temporalmente, ahora se entiende por qué la técnica psicoanalítica es la asociación libre, porque sin asociación libre no sería posible llevar a al conciencia el bagaje vivido que se encuentra capturado en el preconsciente.

  De todo esto que vivo, voy a encontrar solamente en el inconsciente, rastros,señales. Esos son los acontecimientos reprimidos ,esé es el inconsciente. Entonces, en el preconsciente no sólo voy a encontrar todo lo vivido, sino que además voy a encontrarlos rastros, las señales de aquello que fue reprimido. Es decir, no estaré en el preconsciente haciendo el amor con mi madre, sino que estaré bailando el tango con una prostituta en París. Teniendo en cuenta que soy argentino nacido en buenos aires, toda prostituta francesa llevará el recuerdo de mi madre.

La asociación libre. ¿Por qué el paciente no se cura con sólo hablar mil veces? El paciente no se cura con sólo hablar, porque con sólo hablar asocia libremente, y asociando libremente ¿Qué destapa? Destapa el preconsciente. ¿Qué hay en el preconsciente? La vida del paciente, pero no la vida reprimida.

  La vida reprimida del paciente la interpreta el psicoanalista articulando las señales, los rastros, los efectos producto de aquellos deseos que ahora, al ser interpretados, tendrán su existencia material para la vida del sujeto. Antes de la interpretación tenían una existencia material para los síntomas del sujeto, no para su vida.

El deseo inconsciente que no es interpretado sólo puede ser perverso, porque al no serle permitido su acceso a la conciencia siempre tiene que pervertir su sentido, disfrazar su sentido, transmutarse en otra cosa para poder adquirir su ser, para ser.

No regresó a la infancia cuando recuerdo a mi madre prohibiéndome entrar en la cocina, es decir , cuando recuerdo a mi madre prohibiéndome la entrada en la cocina, sólo recuerdo; no hablo cuando verdaderamente hablo, estoy diciendo, sino que parece ser que, para que el psicoanálisis nos de la patente de hablar, tiene que acontecer o se tienen que cumplir algunos requerimientos.

Está claro que llegar hablando a una identidad de percepción sin alucinar ni soñar, debe ser por ejemplo uno de los requerimientos, en tanto el recuerdo es normalmente encubridor de un deseo y, además, viene sin su verdadero afecto, sin ningún afecto o con un afecto que no le corresponde, porque por ser un recuerdo recordado, preconsciente, ha sido utilizado por la energía inconsciente para aprovechar su salida a la conciencia y salir junto con el recuerdo.

Lo que quiere dar a entender Freud es que el sueño, el mundo psíquico se produce en otra escena de la realidad de la conciencia. Esa otra escena cuando se produce es la que posibilita que el mecanismo de regresión llegue hasta sus últimas consecuencias , es decir, hasta la identidad de percepción , si no, llega hasta la identidad de memoria.

Está claro que la capacidad normal es llegar hasta la identidad de memoria, en tanto en el propio decir de Freud, llegar hasta la identidad de percepción durante el día es alucinación o es poesía, y está claro que para no correr el riesgo conviene normalmente no llegar hasta la identidad de percepción, sino sólo en los sueños.

Hasta la próxima.

MIGUEL OSCAR MENASSA

DEL LIBRO FREUD Y LACAN -HABLADOS – 7

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