Psicoanálisis y vida cotidiana
Psicoanálisis y vida cotidiana El hombre actual, moderno, atómico, silvestre, desprejuiciado, alocado, alucinado, drogadicto, amante en general, tiene miedo de confesar sus fantasías, porque en sus fantasías hay deseos que le avergüenzan, primera diferencia con los juegos. El niño jugaba y si bien no mostraba, no ocultaba; el hombre adulto, la mujer adulta, ocultan sus fantasías, suponemos que hay algo en sus fantasías que les da vergüenza. Además podemos suponer que si yo no puedo relatar mis fantasías he de suponer que soy el único capaz de producir semejante producción fantástica. Quiero decir que no solamente oculto mis fantasías al resto de los hombres, sino que niego la existencia de otros hombres porque no puedo atribuirle a los otros hombres la posibilidad de producir fantasías. Antes de investigar el juego de los niños -pasaron muchos años antes de que el psicoanálisis lo investigara- que como habíamos visto transcurría sin culpa...