LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO

LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO –LES

El lupus eritematoso sistémico forma parte de las llamadas enfermedades autoinmunes sistémicas.

El sistema inmunológico del cuerpo normalmente produce proteínas llamadas anticuerpos para proteger al organismo de virus, bacterias y otras sustancias extrañas denominadas antígenos. Este fenómeno de tolerancia inmunológica se basa en el reconocimiento celular. En condiciones normales el linfocito reconoce las células propias, por presentar determinados marcadores celulares, y no las ataca. Se produce una alteración de los mecanismos de tolerancia inmunológica.

En una enfermedad autoinmune como el lupus, el sistema inmunológico se “confunde” y no diferencia entre las partículas extrañas (antígenos) y las propias células o tejidos, y produce anticuerpos en contra de “sí mismo”. A estos anticuerpos se les llama “auto-anticuerpos” y son los responsables de la enfermedad. El sistema inmune de defensa, el mismo que tiene que proteger, ataca a nuestros tejidos o células, dañándolas y produciendo enfermedad.

Se trata de una enfermedad crónica, en la que la afectación orgánica persiste durante un largo periodo de tiempo e incluso toda la vida, pero no siempre se tienen síntomas, ya que por lo general cursa por brotes (periodos de actividad de la enfermedad), mientras que otros periodos son de inactividad o remisión.

El LES es la enfermedad auto-inmunitaria no órgano-específica por excelencia, ya que el organismo produce numerosos auto-anticuerpos dirigidos contra antígenos celulares, cuyo resultado final son lesiones inflamatorias de múltiples órganos y sistemas. Principalmente, se afectan los riñones, la piel y las mucosas, el sistema músculo esquelético, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el sistema respiratorio, pero la mitad de los pacientes con lupus tienen afectación casi exclusiva de la piel y las articulaciones. Así, la enfermedad frecuentemente exhibe –en la nariz y las mejillas– un eritema con forma de alas de mariposa.

Su etiología se desconoce; sin embargo, varios estudios señalan ciertas alteraciones psíquicas. De todas las causas la depresión es la patología más frecuente, con cuadros de hipomanía. Hasta un 50%-75% de pacientes refieren un episodio de estrés en relación con el comienzo de la enfermedad y también son frecuentes los episodios de estrés coincidiendo con los brotes. Se observan alteraciones psíquicas como la depresión, ansiedad, demencia, amnesia, delirio, psicosis, desorientación y agitación, pueden llegar a cuadros de estupor o coma, que suelen aparecer durante el curso de la enfermedad, sin ningún sustrato anátomo-patológico definido, por lo que se piensa puede ser el resultado de la alteración en la transmisión de impulsos inter-neuronales.

Otra de las alteraciones celulares más evidentes en los pacientes con LES es un trastorno en el proceso de muerte celular denominado apoptosis, así como en el aclaramiento o eliminación de estas células apoptóticas. . En el lupus, durante la apoptosis, los auto-antígenos sufren una notable redistribución, pasando a estar concentrados en las vesículas de la superficie de las células apoptóticas, con lo que determinantes antigénicos intracelulares, habitualmente ocultos, se hacen visibles para el sistema inmune. Además, existe un defecto en la fagocitosis y eliminación de las células apoptóticas y de los restos celulares, lo que origina la presencia mantenida de auto-antígenos intracelulares, siendo así los restos apoptóticos una fuente de auto-antígenos fundamental en el lupus. Estos dos aspectos, la falta de discriminación entre lo propio y lo ajeno y la alteración en la transmisión son los más importantes a tener en cuenta al hablar de la función que ordena el psiquismo y de los defectos en la transmisión de ese orden. La función que ordena es la función paterna que posibilita una función de anclaje, de no ser así el efecto-sujeto no se produciría, y nos hablaría de una deriva constante. Habría una dispersión subjetiva que se observa en la clínica de otros cuadros, no solo de las psicosis sino también frecuentemente de las neurosis. Desfallecimiento en las neurosis, forclusión en las psicosis, pero siempre vinculado a la función padre. El padre es un donador al que se le debe la filiación y la genealogía en tanto encadena al sujeto a una historia que lo inscribe en la serie generacional. Cuando está alterada esta función, ya no hay ni intercambio ni comercio, sino arrancamiento y rechazo.

Norma Menassa

Médico Psicoanalista

DEPARTAMENTO DE CLÍNICA GRUPO CERO

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